Paseo del Eresma

Paseo del Eresma: el sendero natural que revela el alma de Segovia


En una ciudad marcada por monumentos icónicos como el Acueducto o el Alcázar, hay un rincón menos conocido, pero igual de imprescindible: el Paseo del Eresma, una ruta verde que serpentea junto al río y muestra a Segovia desde una perspectiva más íntima y natural.


Un paseo que empieza con calma


Fue una mañana templada de primavera cuando descubrí el Paseo del Eresma. Venía de una noche tranquila en Segovia... decidí levantarme temprano, calzarme unas zapatillas cómodas y seguir el cauce del río que tantas veces había oído nombrar, pero nunca recorrido a pie con calma.

Así comienza una experiencia distinta. Este sendero acompaña al río Eresma a lo largo de varios kilómetros, pasando por zonas boscosas, antiguos molinos, ermitas y pequeños puentes que conectan con la historia viva de Segovia.


Naturaleza que susurra historias


El Eresma fluía suave, como si no tuviera prisa. Su sonido era un murmullo constante, como el de alguien que te cuenta una historia al oído. Aquí, lejos del bullicio turístico, el paseo se convierte en una meditación en movimiento. Los sauces se inclinan sobre el agua, las aves cruzan el aire como notas en una sinfonía, y cada curva del camino invita a detenerse, respirar y mirar con atención.


Encuentros con el pasado y la vida cotidiana


A lo largo del paseo es posible ver vestigios históricos, como la Ermita de San Lázaro o los restos de antiguos molinos harineros. Entre ellos, la vida continúa: miradas cómplices de locales que caminaban con su perro o hacían footing con la regularidad del que conoce ese camino como se conoce a un amigo.

Este contraste entre lo antiguo y lo cotidiano da al Paseo del Eresma una atmósfera especial. No es solo naturaleza, es también memoria, rutina, contemplación y comunidad.


Rincones que invitan al recogimiento


Recuerdo haberme detenido junto a un pequeño puente de piedra. El reflejo del Alcázar, que apenas se asomaba entre los árboles, era como un guiño mágico. Me senté en una roca, cerré los ojos, y por un momento me sentí completamente fuera del tiempo.

El paseo permite momentos así. Sitios para descansar, leer, meditar o simplemente mirar el agua fluir. El silencio, interrumpido solo por pájaros o pasos lejanos, convierte cada tramo en un retiro personal.


Una ruta viva, más allá del turismo


Y en eso está la belleza del Paseo del Eresma: es un corredor de vida que conecta la ciudad con su lado más natural, más auténtico. No hay grandes multitudes, ni selfies, ni ruido. Solo tú, el río, y la historia que fluye entre ambos.

Es una opción ideal para quienes buscan rutas de senderismo en Segovia, paseos en familia o planes tranquilos con conexión a la naturaleza. Puedes hacer el recorrido completo, que enlaza con la Alameda del Parral, o simplemente disfrutar de un tramo breve.


Segovia se siente en sus paisajes


Aprendí que Segovia no solo se admira desde sus monumentos, sino que se siente en estos rincones verdes donde la ciudad respira con otra voz. Y ese día volví distinto, como si el río se hubiera llevado algo de mis prisas, y me hubiese devuelto un poco de silencio.

Visitar el Paseo del Eresma es una forma distinta de conocer la ciudad. Es mirar sus raíces, sus sonidos y sus sombras con otra luz. Es darse un regalo de pausa, sin más pretensiones que dejarse llevar.

Si alguna vez visitas Segovia, regálate ese paseo. No solo estarás caminando junto al Eresma… estarás caminando dentro de ti.

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