Mirador de la Pradera de San Marcos

Mirador de la Pradera de San Marcos: el rincón más mágico de Segovia


Cuando uno piensa en Segovia, lo primero que suele venir a la mente es el impresionante Acueducto o la silueta de cuento del Alcázar. Sin embargo, hay un lugar mucho menos transitado, pero que ofrece una de las postales más espectaculares de toda la ciudad: el Mirador de la Pradera de San Marcos.


Cómo llegar al Mirador de la Pradera de San Marcos


Ubicado a los pies del Alcázar, este mirador se encuentra al final de un sendero que baja desde lo alto de la ciudad antigua, serpenteando entre árboles y el rumor del río Eresma. Fue una tarde de octubre cuando llegué caminando, casi sin querer, al Mirador de la Pradera de San Marcos. Esa caminata descendente no solo ofrece un paseo relajante, sino una transición perfecta desde el bullicio turístico hasta una serenidad total.


Un balcón natural con vistas inolvidables


Frente a mí, el Alcázar parecía flotar sobre la roca, con sus torres puntiagudas recortando el cielo. Esa imagen convierte este lugar en uno de los miradores más especiales de toda Castilla y León. No exageramos al decir que este rincón ofrece la mejor vista del Alcázar de Segovia. La perspectiva desde abajo, enmarcada por colinas suaves y vegetación, transforma el paisaje en una obra de arte natural.


La calma que se respira en la pradera


Lo primero que sentí al llegar fue silencio. Un silencio lleno de historia. Como si el paisaje hablara bajito. No es un mirador cualquiera, es un espacio para detenerse, sentarse en el césped, contemplar y conectar. Me senté en el césped. A lo lejos, un grupo de niños jugaba, riendo, mientras una pareja de ancianos paseaba tomada de la mano.

Este rincón tiene un carácter profundamente humano. Gente que pasea, que lee, que comparte un momento especial. Un entorno que invita a la pausa y a la contemplación, ideal para una escapada romántica, una salida familiar o incluso para quienes viajan solos y buscan un sitio con alma.


Perfecto para un picnic con sabor local


No hace falta gastar mucho para disfrutarlo. Saqué un bocadillo que llevaba en la mochila, un poco de jamón que me había comprado en una tienda local, y lo comí con una vista de postal frente a mí. Plan perfecto: algo de embutido típico, un pan crujiente, y una manta en el césped. Hay sombra, hay espacio, hay paisaje.


El otoño, la estación ideal para descubrirlo


Aunque es bonito en cualquier época del año, el otoño lo transforma en un lienzo de tonos cálidos. El otoño ya había empezado a teñir los árboles de colores cálidos, y el aire tenía ese perfume fresco a tierra húmeda y hojas secas.

El contraste entre el verdor de la pradera, los colores del bosque y la piedra del Alcázar crea un efecto casi cinematográfico. Muchos aseguran que parece una escena sacada de una película de Disney… y no van desencaminados.


Más que un mirador: un abrazo visual


Ese mirador no es solo un lugar bonito. Es una pausa. Es un abrazo visual. Una forma de ver Segovia desde abajo, y aún así sentir que estás tocando el cielo. Este es el tipo de sitios que te cambian la percepción de una ciudad. Porque entender Segovia no es solo caminar por sus calles empedradas, sino también contemplarla desde fuera, respirarla desde lejos.

Desde entonces, cada vez que alguien me habla del Alcázar, mi memoria no va a sus salas ni a su historia medieval. Va a esa pradera, a ese instante suspendido entre el cielo y la tierra.


¿Por qué deberías incluirlo en tu ruta?


  • Es uno de los mejores miradores panorámicos de Segovia.
  • Ideal para hacer fotos únicas del Alcázar.
  • Perfecto para descansar tras recorrer la ciudad antigua.
  • Un sitio excelente para disfrutar de un picnic tranquilo.
  • De fácil acceso caminando desde el casco histórico.


Si alguna vez visitas Segovia, prométeme algo: baja hasta la Pradera de San Marcos. Siéntate, respira hondo, y deja que el paisaje te hable. Te aseguro que lo hará.

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