¿Cuándo se construyó el Big Ben? Historia y datos

¿Cuándo se construyó el Big Ben? Historia de un símbolo inmortal de Londres


Londres está lleno de lugares icónicos, pero pocos tan reconocibles y simbólicos como el Big Ben. Aunque muchos lo llaman así, el nombre "Big Ben" se refiere originalmente a la gran campana ubicada en el interior de la Torre del Reloj del Palacio de Westminster, renombrada en 2012 como la Elizabeth Tower en honor a la Reina Isabel II.


El origen del Big Ben



La historia del Big Ben comienza tras el devastador incendio de 1834 que destruyó gran parte del viejo Palacio de Westminster. Como parte del ambicioso proyecto de reconstrucción, se decidió incluir una torre del reloj monumental. El arquitecto Charles Barry lideró el diseño general del nuevo Parlamento, pero fue Augustus Pugin quien diseñó la torre en un elaborado estilo neogótico.

La construcción de la torre comenzó en 1843 y se completó en 1859. Durante estos 16 años, se enfrentaron a diversos retos técnicos, especialmente en la fabricación del mecanismo del reloj y la campana principal, que llegó a romperse durante una prueba y tuvo que ser refundida.


Un diseño que desafía al tiempo


El Big Ben mide 96 metros de altura y está construido con ladrillo recubierto de piedra caliza. Su reloj, diseñado por Edward John Dent (y completado por su hijastro Frederick Dent), fue una obra maestra de ingeniería victoriana. Los mecanismos están regulados por una moneda de un penique colocada sobre el péndulo para ajustar su precisión.

Recuerdo perfectamente la primera vez que vi el Big Ben. Era una tarde gris de septiembre, una de esas que Londres sabe vestir con elegancia melancólica. El cielo parecía un techo de nubes apretadas, y el aire olía a lluvia vieja, a historia y a té recién servido. Salí del metro en Westminster y ahí estaba: imponente, solemne, y sin embargo… familiar, como si ya lo conociera de sueños o películas.


Un reloj que nunca se detiene


La gran campana, que pesa más de 13 toneladas, fue fundida en 1858. Su característico sonido resuena cada hora y se ha convertido en la banda sonora de incontables momentos históricos. Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras el Palacio sufría daños por los bombardeos, la torre resistió estoica, continuando con su labor como guardián del tiempo.

"Me quedé un buen rato en silencio, mirando hacia arriba, sintiendo que estaba frente a algo más que piedra y engranajes. Estaba frente a una voz del pasado que aún susurra en cada campanada. Lo que me impresionó no fue solo su tamaño o su belleza neogótica, sino la presencia casi espiritual que tiene en el entorno."


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Más que un monumento: un corazón que late por Londres



Hoy, el Big Ben no es solo una atracción turística. Es un emblema de estabilidad y continuidad. En su entorno, los taxis negros y los autobuses rojos crean una postal perfecta de Londres. Una anciana le contaba algo a su nieto, señalando el reloj como si le presentara a un viejo amigo. Yo escuchaba el tic tac mental de mi propio reloj interior, sintonizado de pronto con aquel gigante de hierro y tradición.

Aprendí allí que el tiempo no siempre es enemigo. Que a veces, como en el caso del Big Ben, puede ser un testigo digno y paciente de las generaciones que pasan por su sombra.


Curiosidades y anécdotas del Big Ben


Una anécdota graciosa: "intenté hacer una videollamada para mostrarle el Big Ben a mi madre y justo cuando lo logre, empezó una lluvia torrencial —clásico Londres— y ella solo alcanzó a ver mi cara empapada y parte del paraguas volando como Mary Poppins. Pero se rió tanto, que la llamada fue un éxito igual.

Si alguna vez visitas Londres, no te acerques al Big Ben solo para la foto. Quédate. Escúchalo. Siente cómo el tiempo no se escapa, sino que se hace eterno en cada golpe de su aguja."


Descubre el Big Ben y mucho más


Porque Londres no se mide en pasos, se mide en historias, y pocas tan potentes como la que cuenta cada día el Big Ben.

Mapa del Big Ben - Londres

Experiencias en Londres