Murallas y ciudad medieval

Murallas y ciudad medieval


Aunque muchas veces eclipsadas por la grandeza del Acueducto o el Alcázar, las murallas de Segovia son uno de los tesoros históricos más auténticos de la ciudad. Construidas originalmente en época romana y reforzadas en siglos posteriores, las murallas medievales protegían a la ciudad durante los continuos conflictos de la Edad Media y delimitaban claramente el corazón amurallado de Segovia.

La muralla se extiende a lo largo de casi 3 kilómetros, con una altura media de 9 metros y varias puertas de acceso todavía visibles, como la Puerta de San Andrés, la Puerta de Santiago y la Puerta de San Cebrián. Estas entradas daban paso a comerciantes, peregrinos y viajeros que cruzaban Castilla.

Una de las zonas más interesantes para explorar la muralla es el barrio de la Judería Vieja, donde todavía se conservan tramos originales y miradores con excelentes vistas al valle del Eresma. Desde la Casa del Sol, sede del Museo de Segovia, puedes iniciar un paseo por la muralla que combina historia y paisajes.

Además de su valor defensivo, la muralla de Segovia delimitaba el espacio de poder civil y eclesiástico. En su interior se encontraban los edificios administrativos, religiosos y las casas de las familias influyentes. Más allá, estaban los arrabales y huertas que proveían a la ciudad de recursos.


Consejo viajero: Si visitas la Puerta de San Andrés, aprovecha para entrar al Centro Didáctico de la Judería, un espacio donde se explica la historia de los judíos en Segovia y la función de las murallas en la configuración social de la ciudad medieval.

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