En Coche

Viajar a París en coche suena como un plan perfecto: libertad absoluta, paisajes espectaculares en el camino y la posibilidad de parar donde quieras. Pero, ojo, no todo es de película. Te lo digo por experiencia propia: ir a París en coche fue como intentar meter un elefante en una cabina telefónica... emocionante, un poco caótico, pero absolutamente inolvidable.


¿Es buena idea ir a París en coche?


Depende. Si vienes desde el sur de Francia, desde España o haces un roadtrip por Europa, puede ser muy cómodo. Pero tienes que tener claro lo que te espera: tráfico denso, normas de circulación estrictas, zonas de bajas emisiones (ZFE), y precios de aparcamiento que te hacen pensar si no estarías mejor en el metro.

Yo llegué conduciendo desde Lyon, con esa ilusión tonta de que entrar a París es como en las películas: la Torre Eiffel apareciendo a lo lejos, Edith Piaf sonando de fondo y una pareja besándose en cada semáforo. La realidad, por supuesto, fue otra: a unos 20 km del centro ya empezaban los atascos, los cláxones sonaban como si fueran parte del himno nacional y los scooters parisinos me pasaban zumbando por los costados como libélulas con prisa.


Requisitos para conducir en París


Antes de nada, asegúrate de cumplir con los siguientes puntos:


  • Pegatina Crit'Air: obligatorio para circular dentro de la Zona de Bajas Emisiones. Si tu coche es diésel antiguo, olvídalo.
  • Documentación en regla: DNI, permiso de conducir válido, seguro del coche y ficha técnica.
  • Elementos obligatorios en el coche: chaleco reflectante, triángulo de emergencia, alcoholímetro desechable, etc.
  • Respeta los límites de velocidad: en ciudad, 30 o 50 km/h. En el Periférico, 70 km/h. En autopistas, entre 110 y 130 km/h.


Ruta recomendada para llegar en coche


Desde España, las rutas más comunes para ir a París en coche son:


  • Desde Barcelona: autopistas A9 y A10 pasando por Narbona, Toulouse o Burdeos.
  • Desde Madrid: puedes cruzar por Irún o por la frontera catalana y conectar con la A10.
  • Desde Bilbao: por la A63 y A10, pasando por Burdeos.


Una buena opción es hacer paradas estratégicas. Algunos destinos recomendables para romper el viaje:


  • Burdeos
  • Valle del Loira
  • Poitiers
  • Tours


París se me presentó como una dama elegante que no necesita esforzarse para impresionarte. El trayecto puede ser un poco caótico, pero al cruzar el Sena al atardecer, con el reflejo dorado de los edificios históricos sobre el agua, entiendes que todo ha valido la pena.


El tráfico en París: bienvenido al caos organizado


La circulación en París es intensa. Especialmente en horas punta (de 7:30 a 10:00 y de 17:00 a 20:00). Prepárate para:


  • Glorietas sin ley, como la del Arco del Triunfo.
  • Carriles compartidos con autobuses, taxis y bicicletas.
  • Peatones que cruzan como si fueran inmortales.


Consejo personal: si puedes, deja el coche en las afueras y entra en transporte público. Volvería a ir a París en coche? Tal vez… pero esta vez dejaría el coche en las afueras y entraría en metro.


Aparcar en París: una odisea parisina


París no está hecha para los coches. Estacionar en la calle es caro y escaso. Existen zonas azules y verdes, pero con tiempo limitado. Lo más práctico:


  • Parkings públicos: hay muchos, pero caros.
  • Parkings disuasorios (P+R): en las afueras, conectados con metro o RER.


Yo acabé en un parking subterráneo en Montparnasse que costaba casi lo mismo que una cena con vino en Le Marais. Y eso fue con suerte, porque aparcar es como jugar al Tetris nivel dios.


Coches de alquiler en París: una opción para explorar los alrededores


Si has llegado en tren o avión y quieres moverte por los alrededores, alquilar un coche es buena idea. Las principales compañías tienen oficinas en:


  • Aeropuertos (Charles de Gaulle, Orly)
  • Estaciones de tren (Gare du Nord, Gare de Lyon)
  • Centro de la ciudad


Busca en comparadores como Rentalcars o AutoEurope para encontrar buenas ofertas.

Consejo extra: si alquilas, revisa bien que tenga pegatina ambiental Crit'Air si vas a circular por zonas restringidas.


Ir a París en coche es posible, y hasta puede ser una aventura inolvidable. Pero también exige paciencia, preparación y nervios de acero.

Una vez liberado del volante, París es todo lo que uno sueña: pan crujiente, pasos sobre empedrados, el rumor de los cafés y ese cielo azul pálido que parece pintado con acuarela.

París, en el fondo, es como una amante caprichosa: te hace sufrir un poco, pero cuando te besa, olvidas todo lo demás.

Y si necesitas un extra de ayuda o prefieres dejarte llevar, recuerda que desde Paseando por Europa ofrecemos tours guiados en París con locales que te muestran la ciudad sin complicaciones.

Experiencias en París