Visitas Cercanas a Londres

Londres tiene ese magnetismo irresistible que te atrapa con sus museos, sus mercadillos y su mezcla vibrante de culturas. Pero si tienes varios días en la ciudad o si ya la has recorrido de arriba abajo, una excelente idea es hacer alguna de las muchas escapadas cercanas desde Londres que te permitirán descubrir la Inglaterra más auténtica, histórica y apacible.


Después de varias semanas viviendo en Londres —esa ciudad que siempre parece estar a punto de llover y, sin embargo, no deja de brillar— sentí la necesidad de respirar otros aires. Londres me había atrapado con su bullicio, sus parques inmensos y esa sensación constante de estar dentro de una película. Pero necesitaba campo abierto, historia antigua, tejados de pizarra, acentos suaves.


Aquí tienes una selección de lugares cercanos a Londres para visitar en un día, todos accesibles en tren o excursión organizada. Algunos te sonarán, otros quizá te sorprendan. Pero todos te dejarán la sensación de haber visto una cara distinta y entrañable del Reino Unido.


Cambridge: bicicletas, punting y sabiduría entre canales


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Mi primer escape fue a Cambridge. El tren desde King’s Cross es directo y rápido, pero el cambio de ritmo es total. Al llegar, me sorprendió la omnipresencia de las bicicletas: parecía que cada estudiante tenía la suya apoyada contra una verja gótica.

Paseé por el campus del King’s College, me quedé hipnotizado por el reflejo de su capilla en el río Cam… y sí, terminé haciendo “punting”, esa especie de góndola inglesa. El chico que guiaba la barca era estudiante de literatura y nos recitó versos de Wordsworth mientras pasábamos por debajo del Puente de los Suspiros.

Además de ser una ciudad preciosa, Cambridge es ideal para una escapada desde Londres por su cercanía (a poco más de una hora en tren) y por lo fácil que es recorrerla a pie.


Historia y contexto de Cambridge


La historia de Cambridge se remonta a la época romana, pero su verdadera transformación comenzó en el siglo XIII, cuando los primeros eruditos procedentes de Oxford fundaron aquí los primeros colleges. Desde entonces, la ciudad ha crecido alrededor de su prestigiosa Universidad de Cambridge, una de las más antiguas y respetadas del mundo.


Durante la Edad Media y el Renacimiento, Cambridge se convirtió en un centro intelectual clave para Europa. Aquí estudiaron o trabajaron figuras como Isaac Newton, Charles Darwin, Stephen Hawking, Alan Turing, Francis Bacon y tantos otros que han cambiado el rumbo de la ciencia, la filosofía y la literatura.


Hoy, Cambridge es una joya universitaria que conserva la estructura de siglos, combinando tradición académica con un ambiente joven y dinámico.


Ambiente, paisajes y esencia de Cambridge


Cambridge es elegancia tranquila. Sus edificios góticos, capillas majestuosas, patios interiores silenciosos y avenidas arboladas crean un paisaje urbano que invita a caminar sin prisa.


El sonido del viento moviendo las hojas, las campanas de los colleges marcando las horas y la luz suave que se refleja sobre la piedra miel de sus fachadas generan una atmósfera solemne pero acogedora. El aroma a hierba fresca junto al río Cam, donde los estudiantes practican punting en barcas de madera, completa esta postal idílica.


Las calles del centro están llenas de librerías históricas, cafés con encanto, mercados y boutiques académicas donde se venden bufandas, escudos universitarios y recuerdos de los diferentes colleges.


Cambridge transmite serenidad, cultura y belleza en cada rincón.


Qué ver y hacer durante la visita a Cambridge


El corazón del recorrido es el King’s College, cuya capilla es una de las obras maestras del gótico perpendicular inglés. Los ventanales, los coros y la bóveda en abanico crean un espacio de belleza sobrecogedora.


Camina después por The Backs, un conjunto de jardines que se extienden entre los colleges y el río Cam. Desde allí obtendrás algunas de las vistas más icónicas de la ciudad: puentes elegantes, fachadas antiguas y estudiantes navegando en barcas tradicionales.


El Trinity College, fundado por Enrique VIII, y el St John’s College, con el famoso Bridge of Sighs, son paradas imprescindibles.

No te pierdas el punting, un paseo en barca guiada o manejada por ti mismo, que te permitirá ver Cambridge desde el agua y entender por qué este río forma parte inseparable de su identidad.


En el centro, el Market Square, la Round Church —una de las iglesias circulares más antiguas de Inglaterra— y las librerías centenarias completan la visita perfecta.


Consejos prácticos para la excursión a Cambridge


La forma más cómoda de llegar desde Londres es en tren desde King’s Cross o Liverpool Street, con un trayecto que dura entre 45 minutos y una hora. También es posible llegar en autobús, aunque el viaje es más largo.


Te recomiendo comenzar la visita temprano, especialmente si deseas entrar a varios colleges, ya que algunos tienen horarios restringidos. El punting es más agradable al mediodía o al atardecer, cuando la luz sobre los jardines se vuelve dorada.

Mapa: Cambridge (Reino Unido)

Bath: la elegancia georgiana y los ecos del Imperio romano


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A Bath llegué en tren desde Paddington. Fue como caer en un decorado de Jane Austen. Las fachadas color miel, el orden casi teatral de la Royal Crescent, el eco de los pasos sobre las piedras húmedas…


Entrar a los baños romanos justo cuando llovía ligeramente y se alzaba un vapor espeso del agua termal fue un momento casi místico. Me quedé quieto, escuchando las gotas caer, sintiéndome parte de algo muy antiguo.


Además, tomé un pastel de carne (pasty) en Sally Lunn’s, uno de los sitios más viejos de la ciudad. Caliente, especiado, y con esa textura que solo consiguen después de siglos perfeccionando una receta.


Bath es una ciudad ideal para una excursión de un día desde Londres, aunque si puedes quedarte a dormir y escuchar un cuarteto en la Abadía, mucho mejor.


Historia y contexto de Bath


La historia de Bath comienza con las aguas termales que brotan de forma natural desde las profundidades del valle del río Avon. Los romanos fundaron aquí la ciudad de Aquae Sulis en el siglo I, construyendo templos y unos baños termales únicos en Britania. Durante siglos, el lugar fue un centro de culto y relajación, donde peregrinos y ciudadanos buscaban curación y bienestar.


Tras el declive romano, las termas cayeron en desuso hasta que, en el siglo XVIII, Bath resurgió como un elegante destino de moda. La sociedad aristocrática inglesa acudía a sus balnearios y a sus salones de diversión, impulsando la construcción de plazas, crescents y edificios neoclásicos que aún definen el paisaje urbano.


Hoy, Bath es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una joya imprescindible para quienes buscan historia, belleza arquitectónica y una atmósfera tranquila.


Ambiente, paisajes y esencia de Bath


Bath es armonía. Sus edificios de piedra color miel, sus colinas verdes y sus calles curvas crean un paisaje que parece dibujado con pincel delicado. La luz se desliza suavemente sobre las fachadas georgianas, mientras el aire se llena del aroma del pan recién horneado y del sonido de músicos callejeros que tocan melodías suaves junto a los antiguos baños romanos.


El ambiente es elegante y pausado: cafés luminosos, plazas abiertas, jardines cuidados y librerías que invitan a perderse entre volúmenes. Los detalles arquitectónicos —columnas, frisos, ventanas simétricas— dotan a la ciudad de una belleza clásica que recuerda a Roma o a las ciudades-joya del continente.


Pasear por Bath es viajar a otra época.


Qué ver y hacer durante la visita a Bath


La visita comienza en los Roman Baths, uno de los conjuntos termales romanos mejor conservados del mundo. Caminar entre columnas, piscinas humeantes y objetos arqueológicos permite comprender la importancia espiritual y social del lugar hace dos mil años.


Junto a ellos se alza la Bath Abbey, una iglesia gótica luminosa, famosa por su bóveda en abanico y por las figuras talladas en su fachada, que parecen escalar hacia el cielo. El interior es amplio y acogedor, un espacio ideal para un momento de calma.


El Royal Crescent es la gran joya georgiana: una curva perfecta de casas simétricas que forma una de las panorámicas urbanas más célebres de Inglaterra. Muy cerca se encuentra The Circus, otra maravilla arquitectónica diseñada por John Wood en forma de círculo perfecto.


Pasear por el Puente Pulteney, uno de los pocos puentes habitados del mundo, es imprescindible. Sus tiendas y su estructura veneciana lo convierten en uno de los rincones más románticos de Bath.


Para una experiencia única, puedes relajarte en el Thermae Bath Spa, un moderno balneario que permite bañarse en aguas termales con vistas panorámicas desde su piscina en la azotea.


Consejos prácticos para la excursión a Bath


La forma más rápida de llegar desde Londres es en tren desde London Paddington, con un trayecto de unos 80-90 minutos. También hay excursiones guiadas que combinan Bath con Stonehenge o con los Cotswolds.


El centro histórico es compacto y se recorre fácilmente a pie. El mejor momento para visitar los baños romanos es temprano por la mañana o a última hora de la tarde, cuando hay menos afluencia.


Si deseas disfrutar del balneario moderno, conviene reservar con antelación, sobre todo en fines de semana. Y si te atraen las vistas, sube a alguno de los miradores naturales de las colinas que rodean la ciudad.


Bath es una excursión perfecta si buscas una mezcla de historia antigua, arquitectura monumental y bienestar.

Mapa: Bath (Reino Unido)

Oxford: libros, piedras centenarias y cerveza con historia



Oxford no es "otro Cambridge". Tiene un carácter propio, más solemne, más majestuoso, quizás más denso. Visitar la Biblioteca Bodleian me dejó sin palabras. Fue allí donde entendí por qué los libros pueden oler a historia.


Me emocionó especialmente ver una exposición sobre Tolkien con manuscritos originales. Caminé por el Christ Church College, sintiendo que en cualquier momento Harry Potter cruzaría con su túnica.


Almorcé en un pub llamado The Eagle and Child, donde se reunían los Inklings (C.S. Lewis y Tolkien, entre otros). El ambiente es cálido, la cerveza local reconfortante, y las paredes están llenas de recuerdos literarios.


Puedes llegar desde Londres en tren en aproximadamente una hora. Una ciudad perfecta para una escapada cargada de cultura y arquitectura impresionante.


Historia y contexto de Oxford


La historia de Oxford se remonta al siglo VIII, pero fue en el siglo XII cuando la llegada de eruditos y maestros transformó la ciudad en un centro de sabiduría. Nacía así la Universidad de Oxford, la más antigua del mundo angloparlante y una de las más prestigiosas del planeta.


A lo largo de los siglos, Oxford se convirtió en escenario de debates teológicos, descubrimientos científicos y movimientos literarios. Estudiaron aquí figuras como Lewis Carroll, Oscar Wilde, J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis, Stephen Hawking o 28 primeros ministros del Reino Unido.


Durante la Edad Media, los colleges comenzaron a levantarse como centros autosuficientes: capillas, comedores, bibliotecas y patios cerrados donde el conocimiento se vivía casi como un ritual. Hoy, Oxford mantiene esa estructura, conservando una tradición académica mezclada con una vibrante vida universitaria.


Ambiente, paisajes y esencia de Oxford


Oxford es pura poesía arquitectónica. Sus agujas góticas, sus cúpulas doradas y sus calles de piedra forman un paisaje clásico que parece no haber cambiado en siglos. La ciudad respira calma y solemnidad, pero también juventud y dinamismo gracias a los miles de estudiantes que llenan librerías, cafeterías y parques.


El aire huele a libros antiguos, a madera pulida y a césped fresco. El sonido de las campanas universitarias marca las horas con precisión casi monástica, mientras ciclistas avanzan por las avenidas bordeadas de edificios medievales.


El río Cherwell, con sus barcas de punting deslizándose suavemente, añade un toque bucólico que completa la esencia oxoniense: elegante, intelectual y eterna.


Qué ver y hacer durante la visita a Oxford


El recorrido comienza en la Radcliffe Camera, una biblioteca circular que es el símbolo visual de Oxford. Su cúpula domina el paisaje del Radcliffe Square, donde también se encuentran el Bodleian Library y la iglesia gótica de St Mary the Virgin.


Visitar algún college es imprescindible. Los más emblemáticos incluyen:


Christ Church, con su comedor que inspiró el Gran Comedor de Harry Potter y su impresionante catedral.

Magdalen College, rodeado de praderas donde pastan ciervos.

Balliol y Trinity, con jardines perfectos para un paseo tranquilo.


El Bridge of Sighs, uno de los rincones más fotografiados, conecta dos edificios de Hertford College con un encanto veneciano.


Un paseo en punting por el Cherwell permite descubrir la ciudad desde el agua, entre sauces que rozan la superficie y jardines secretos. En el centro, tiendas tradicionales, librerías centenarias y cafeterías donde escribieron autores célebres completan la experiencia.


Consejos prácticos para la excursión a Oxford


La manera más cómoda de llegar desde Londres es en tren desde Paddington o Marylebone, con un trayecto de 50 a 70 minutos. También existen autobuses directos (Oxford Tube y X90) que conectan ambos puntos a precios más económicos.


Oxford se recorre fácilmente a pie, aunque las bicicletas son parte esencial del paisaje. Es recomendable comenzar la visita temprano para disfrutar de los colleges antes de que cierren o se llenen de visitantes.


El punting es ideal al mediodía o al atardecer, cuando la luz crea reflejos dorados sobre el río. Si buscas un ambiente más animado, los pubs históricos del centro, muchos frecuentados por escritores y académicos, son una delicia para terminar la jornada.

Mapa: Oxford (Reino Unido)

Windsor: la realeza en estado puro



Visitar Windsor es como abrir una puerta secreta a la historia viva. Estaba un poco reacio porque pensé que sería todo “muy turístico”, pero ver el cambio de guardia, pasear por los salones donde la reina Isabel solía recibir a líderes mundiales y contemplar los vitrales de la Capilla de San Jorge fue más impactante de lo que imaginé.


Recuerdo que una señora local, con sombrero de ala ancha y acento perfecto, me vio mirando una estatua y me contó, sin que yo preguntara, que su padre había trabajado en la cocina real. Me habló de los pudines de Navidad y del protocolo para servir el té.


Windsor está a menos de una hora en tren desde Londres y es una de las excursiones más cómodas y gratificantes para hacer en el día.


Historia y contexto de Windsor


La historia de Windsor está íntimamente ligada a la monarquía británica. El Castillo de Windsor fue fundado en el siglo XI por Guillermo el Conquistador, convirtiéndose en parte esencial del sistema defensivo que protegía Londres. A lo largo de los siglos, diferentes reyes ampliaron y remodelaron el castillo hasta transformarlo en una residencia real de enorme importancia ceremonial y política.


Durante la época medieval, Windsor fue un lugar de torneos y celebraciones. Más tarde, bajo los Tudor y los Estuardo, el castillo se convirtió en símbolo de estabilidad y poder. En los siglos XIX y XX, la reina Victoria y la familia Windsor consolidaron su papel como residencia oficial.


Hoy, Windsor es una localidad histórica con alma real, donde las tradiciones monárquicas siguen vivas en desfiles, ceremonias y en el día a día del castillo.


Ambiente, paisajes y esencia de Windsor


Windsor combina majestuosidad y tranquilidad. Sus calles empedradas, casas georgianas y tiendas de época crean un ambiente elegante y acogedor. El aroma a pan recién horneado, el sonido de las campanas de St George’s Chapel y la presencia constante del castillo sobre la colina dan al pueblo un carácter noble y sereno.


El Long Walk, una avenida arbolada que conecta el castillo con el Windsor Great Park, ofrece una de las perspectivas más impresionantes de Inglaterra. La vista del castillo al final del camino, especialmente al atardecer, es una postal inolvidable.


El ambiente es pausado, con cafés tradicionales, salones de té, librerías y paseos junto al río Támesis. Muy cerca, cruzando el puente, se encuentra el barrio de Eton, famoso por su prestigioso internado y por su encanto arquitectónico.


Qué ver y hacer durante la visita a Windsor


La visita imprescindible es el Castillo de Windsor, donde podrás recorrer los State Apartments, decorados con obras de arte y mobiliario histórico, así como la impresionante St George’s Chapel, obra maestra del gótico inglés y lugar de bodas y funerales reales.


El Changing of the Guard, el cambio de guardia, tiene lugar varios días a la semana y añade un toque ceremonial al ambiente del castillo.

Después, un paseo por el Long Walk permite disfrutar de la naturaleza y de una vista icónica del recinto amurallado. El río Támesis, que pasa por Windsor, es perfecto para caminatas tranquilas o paseos en barco.


No olvides cruzar hacia Eton, donde podrás recorrer la calle principal y descubrir las fachadas históricas del famoso Eton College, institución que ha formado a primeros ministros, escritores y miembros de la realeza.


Consejos prácticos para la excursión a Windsor


La forma más cómoda de llegar desde Londres es en tren desde Paddington o Waterloo, con trayectos que duran entre 25 y 50 minutos según la ruta. También hay autobuses directos desde otros puntos de la capital.


El castillo suele tener bastante afluencia, por lo que es recomendable llegar temprano o reservar las entradas con antelación. El Long Walk es ideal al amanecer o antes del atardecer, cuando la luz convierte el paisaje en un espectáculo dorado.


Windsor es perfecto para una excursión de día completo, combinando historia, naturaleza y tradición británica en su máxima expresión.

Mapa: Windsor (Reino Unido)

Stonehenge: el enigma prehistórico



El día que fui a Stonehenge había niebla. Perfecto. No por cliché, sino porque esa bruma le da a las piedras una especie de alma. No hay mucho que hacer allí, y sin embargo… no puedes irte. Caminé en círculo, despacio, sintiendo que cada roca tenía una historia que no se puede contar con palabras.


Está a unos 140 km de Londres y la mejor forma de llegar es con una excursión organizada. Puedes combinar la visita con Bath o Salisbury y hacer un día redondo.


Historia y contexto de Stonehenge


El Stonehenge que contemplamos hoy fue construido en varias fases entre el 3000 y el 2000 a.C., convirtiéndose en uno de los monumentos megalíticos más importantes de la humanidad. Su origen exacto sigue siendo un misterio, pero se cree que pudo servir como centro ceremonial, observatorio astronómico o santuario religioso para las comunidades neolíticas de la región.


La precisión con la que las piedras fueron alineadas con los solsticios de verano e invierno demuestra un profundo conocimiento del cielo. Cada año, miles de personas acuden al amanecer del solsticio para ver cómo la luz atraviesa el eje del monumento, una experiencia que conecta directamente con la espiritualidad de quienes lo construyeron hace más de 4.000 años.


Durante la Edad Media y la era moderna, Stonehenge fue rodeado de mitos: se habló de druidas, gigantes y personajes legendarios. En el siglo XX comenzaron las grandes excavaciones arqueológicas, que revelaron su enorme complejidad y su fascinante historia ritual.


Ambiente, paisajes y esencia de Stonehenge


Stonehenge se alza en pleno Salisbury Plain, un paisaje ondulado de praderas que se extienden bajo un cielo inmenso. El viento sopla casi siempre, moviendo la hierba en oleadas suaves, mientras el canto de las alondras se mezcla con el silencio ancestral del lugar.


El círculo de piedras tiene una presencia magnética: sus formas rugosas, la textura del lichen, el contraste entre luz y sombra, y la sensación de antigüedad profunda generan una emoción difícil de describir. Es un lugar que invita al respeto, a la contemplación y al asombro.


La atmósfera cambia según la hora del día: al amanecer es dorada y mística; al atardecer, melancólica y poética; en días nublados, poderosa y dramática. Cada visita es distinta, pero todas dejan una huella.


Qué ver y hacer durante la visita a Stonehenge


La experiencia comienza en el centro de visitantes, donde una exposición moderna explica cómo se construyó el monumento, quiénes pudieron habitar la zona y qué teorías arqueológicas existen sobre sus funciones. Allí también se puede ver una recreación de las casas neolíticas y tocar piedras similares a las que fueron arrastradas desde Gales hasta Salisbury Plain.


Después, un autobús te traslada hasta el círculo de piedras, aunque también es posible caminar por senderos rurales para disfrutar del paisaje.


Al llegar al monumento, podrás rodearlo por el perímetro marcado. Aunque no se permite entrar en el círculo interior durante la visita habitual, el recorrido ofrece múltiples perspectivas para apreciar su alineación, su escala y su misterio.


Muchos viajeros combinan Stonehenge con una visita a Bath o Salisbury, donde la impresionante catedral medieval alberga una de las copias originales de la Magna Carta.


Consejos prácticos para la excursión a Stonehenge


La forma más sencilla de llegar desde Londres es reservar una excursión guiada, aunque también se puede viajar en tren hasta Salisbury y allí tomar un autobús hacia el monumento. El trayecto total suele ser de 2 horas desde la capital.


Es recomendable reservar entradas con antelación, especialmente en verano. El clima es cambiante, por lo que conviene llevar chaqueta incluso en días soleados.


La mejor hora para visitarlo es temprano por la mañana o al final de la tarde, cuando la luz es más suave y el paisaje adquiere tonos mágicos.

Mapa: Stonehenge (Wiltshire)

¿Cómo organizar tu excursión desde Londres?


Londres está tan bien conectada por tren y carretera que puedes organizar muchas de estas escapadas por libre, pero si prefieres no preocuparte por nada, también puedes reservar excursiones desde Londres a través de operadores locales.


Aquí algunas recomendaciones:



Si estás en Londres y sientes ese cosquilleo viajero de ir más allá, de descubrir lo que hay tras el horizonte urbano, no lo dudes: súbete a un tren o apúntate a un tour y déjate sorprender por lo que Inglaterra tiene para ofrecer.

Créeme, es en esos pequeños desvíos donde el viaje se vuelve inolvidable.

Experiencias en Londres