Simpson´s in the Strand

Ubicado en pleno corazón de Londres, Simpson’s in the Strand no es simplemente un restaurante: es una institución. Este icónico local británico, con más de 190 años de historia, ha sido testigo de comidas memorables, partidas de ajedrez legendarias y conversaciones trascendentales. Si estás buscando una experiencia culinaria profundamente británica, con tradición, ritual y sabor, este lugar es imprescindible.

Primera impresión: entrar en otra época

La entrada ya marca el tono: una puerta de madera sobria, una iluminación tenue y elegante, y ese aire de historia viva. Al cruzarla, te recibe un ambiente lleno de detalles clásicos: paneles de nogal, techos altos, lámparas de araña y camareros vestidos de blanco que empujan carros de plata. Es como retroceder un siglo, pero con la certeza de que vas a comer de maravilla.

Qué comer en Simpson’s in the Strand

Para empezar, pedí unos potted shrimps, camarones cocinados en mantequilla y servidos con pan tostado. Un bocado que ya te pone en modo clásico. El plato estrella fue la rib of Scottish beef, madurada 28 días y servida desde un carro junto a la mesa. La carne se corta al momento, en silencio ceremonioso, liberando vapor y un aroma que te envuelve. Tierna, jugosa, con gravy intenso, Yorkshire pudding perfecto y un toque de rábano picante que despertaba cada bocado.

De postre, me decidí por un steak & kidney pie: hojaldre dorado, carne sabrosa, salsa profunda. Un café con leche entera y la satisfacción de haber vivido algo especial.

Detalles que marcan la diferencia

• El servicio de carne tallada en mesa, que mantiene viva una tradición histórica.
• La fidelidad a la cocina británica auténtica, sin artificios, basada en producto y técnica clásica.
• El entorno, que te transporta a un Londres victoriano, sin perder relevancia actual.
• Los carros de carne, herencia de sus días como club de ajedrez, donde el silencio era ley y la elegancia, rutina.

Salí de Simpson’s con la sensación de haber participado en algo más que una comida: una ceremonia del sabor británico. Caminar luego por The Strand, con el sabor aún latente del gravy y el sonido de los taxis mezclándose con el eco del salón, me dejó claro que este no es un restaurante cualquiera: es una experiencia de viaje en sí misma.

¿Y después de comer?

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Simpson’s in the Strand es el lugar ideal para quienes quieren saborear el Londres más auténtico.