Bumpkin

En pleno South Kensington, Londres esconde un restaurante que es todo lo contrario al bullicio de la ciudad: Bumpkin, un rincón que parece sacado del campo inglés pero servido en bandeja urbana. Descubrí este lugar en una de mis escapadas y su mezcla de rusticidad, sabor y ambiente relajado me conquistó por completo.

Un ambiente que te abraza

Entré al atardecer, con la humedad londinense en el ambiente. Al cruzar la puerta, lo primero que me atrapó fue la estética: madera oscura, bancos tapizados, papel pintado con flores campestres y plantas colgantes. No es un gastrobar pretencioso, sino un “pub elegante con alma de granja”. Me senté cerca de una chimenea apagada, rodeado de conversaciones relajadas, risas discretas y una música suave de fondo. Pedí una cerveza artesanal británica y sentí que el estrés del viaje se deshacía con cada sorbo.

Qué comer en Bumpkin Londres

Pedí de entrada un Smoked Haddock & Leek Fish Cake, que llegó acompañado de salsa tártara y limón a la parrilla. Crujiente por fuera, delicado por dentro: el ahumado del pescado y la dulzura del puerro combinaban de forma perfecta. Lo acompañé con una ensalada verde ligera y pan artesanal.

El plato principal fue un acierto total: English Longhorn Beef & Porter Pie. Una tarta de carne de vaca cocinada a fuego lento, envuelta en hojaldre dorado, con puré cremoso y verduras de temporada. Al partirla, el vapor subía con aroma a gravy. La carne era tierna, sabrosa, con un toque dulce. Comerlo fue como estar en una casa de campo un domingo lluvioso.

De postre, el clásico: Sticky Toffee Pudding con helado de vainilla. Textura pegajosa, caramelo intenso… No sobró ni una miga.

Detalles que marcan la diferencia

Uno de los aspectos que más me gustó fue el equilibrio entre sofisticación y confort. Había familias, parejas, grupos de amigos. El personal era muy atento, y el camarero que me atendió me explicó que trabajaban con productos de temporada y granjas británicas. Ese enfoque local se nota en cada bocado.

Salir luego a la terraza, con una cerveza en mano mirando el vaivén de Old Brompton Road, fue el cierre perfecto. Esa sensación de estar en Londres, pero con el alma en un rincón rural, me quedó grabada.

¿Por qué visitar Bumpkin?

• Platos británicos bien elaborados, sin pretensiones.
• Ambiente rústico chic, relajado y acogedor.
• Atención cercana y conexión con productos locales.
• Ideal para un Sunday Roast, una cita informal o una comida tranquila entre visitas.

Recomendaciones para después de comer

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Bumpkin no es solo un restaurante, es una pausa. Es la prueba de que, incluso en una ciudad vibrante como Londres, todavía hay rincones que saben a hogar.