Palacsinta

El Hortobágyi palacsinta lo descubrí casi por casualidad. Yo pensaba que en Hungría los “palacsinta” eran crepes dulces, algo ligero para acompañar un café. Una tarde, en un restaurante tradicional cerca de la Ópera de Budapest, vi ese nombre en la carta y me animé a pedirlo. Imaginaba algo parecido a un postre… pero cuando el camarero dejó el plato sobre la mesa, entendí que me había equivocado de lleno.

Qué es el Hortobágyi palacsinta

El Hortobágyi palacsinta (o hortobágyi húsos palacsinta) es una crepe salada rellena de carne guisada, normalmente de ternera o pollo, mezclada con cebolla, paprika y especias. Se sirve enrollada, bañada en una salsa cremosa de color rojo anaranjado, elaborada con el propio jugo del guiso, caldo y crema agria. Es uno de esos platos que sorprende porque juega con las expectativas: parece un postre, pero en realidad es un plato principal contundente y lleno de carácter.

La primera sorpresa

Lo que tenía delante era una crepe dorada, generosamente rellena de carne picada y bañada en una salsa espesa, de color rojo anaranjado, con un aroma intenso a paprika y crema agria. El primer bocado me desconcertó: mi cabeza esperaba dulce, pero la boca encontró un guiso contundente, carnoso, especiado. Esa mezcla de texturas —la suavidad de la crepe con la fuerza del relleno y la cremosidad de la salsa— fue una explosión inesperada. Me reí solo, como quien recibe un truco de magia en plena mesa.

Origen y tradición

Este plato tiene su origen en la cocina campesina húngara, donde se aprovechaban los guisos de carne del día anterior para crear un plato nuevo. Esa inventiva lo convirtió en un símbolo de la gastronomía magiar: nada se desperdicia y todo puede transformarse en una receta deliciosa. Con el tiempo, el Hortobágyi palacsinta se consolidó como una opción festiva que hoy se encuentra en los menús de los restaurantes tradicionales de Budapest.

Ingredientes esenciales

• Crepes finas y elásticas
• Carne guisada (pollo, ternera o cerdo)
• Cebolla y ajo
• Paprika húngara (dulce o mixta)
• Caldo de carne
• Crema agria (tejföl)
• Harina y manteca
• Sal y pimienta

Cada bocado era como un viaje entre lo delicado y lo rústico. La crepe ligera parecía querer ser elegante, pero el relleno era pura contundencia campesina. Sentí que estaba probando un plato inventado por necesidad, de esos que aprovechan sobras del guiso del día anterior y las convierten en algo nuevo y sorprendente.

Cómo se prepara

1. Preparar un guiso con la carne, cebolla, ajo, paprika y caldo.
2. Triturar parte de la salsa y reservarla.
3. Rellenar las crepes con la carne.
4. Doblarlas o enrollarlas y colocarlas en una fuente.
5. Bañar con la salsa mezclada con crema agria.
6. Gratinar suavemente en el horno antes de servir.

El intento en casa

De vuelta en España, me animé a hacerlo en casa. Preparé una carne guisada con paprika, hice unas crepes y las rellené con cuidado. El problema vino con la salsa: me costó dar con la textura cremosa y el equilibrio de sabores. Al final, quedó rico, pero demasiado ligero, sin esa profundidad que tiene cuando lo comes en Budapest. Creo que la diferencia estaba en la paprika húngara: no es lo mismo la que compras allí, con ese aroma ahumado y dulce, que la que encuentras en un supermercado genérico.

Dónde probarlo en Budapest

Si quieres probarlo auténtico, nada como sentarse en una csárda o un restaurante tradicional del centro. Muchos lo sirven junto a otros clásicos como el gulyás o el paprikás csirke.

De todos los platos húngaros que probé, el Hortobágyi palacsinta es el que mejor representa la sorpresa. Es un plato que engaña a primera vista, que parece un simple crepe y termina siendo un guiso disfrazado. Me gusta porque simboliza la inventiva de la cocina húngara: tomar lo humilde y transformarlo en algo memorable.