Croque Monsieur

El croque monsieur es uno de los sándwiches más icónicos de la gastronomía francesa. Su nombre significa literalmente "señor crujiente" y es una deliciosa combinación de pan de molde, jamón cocido y queso, coronado con bechamel y gratinado hasta alcanzar una corteza dorada irresistible.


Es una receta sencilla pero contundente, perfecta para desayunos largos, almuerzos rápidos o meriendas con sabor a bistró parisino.

Hay días en los que París te despierta con poesía, y otros con resaca. Este fue de los segundos. Había pasado la noche anterior en un bar del Marais, entre copas de vino, risas en varios idiomas y ese encanto decadente que tiene la ciudad cuando el reloj marca más de medianoche. Al día siguiente, tambaleándome entre el sueño y la luz gris del Sena, lo único que quería era algo caliente, crujiente y que me hiciera sentir humano otra vez.


Ingredientes del croque monsieur



Para hacer un croque monsieur clásico necesitas:


  • 2 rebanadas de pan de molde grueso
  • 1 o 2 lonchas de jamón cocido
  • Queso rallado (Gruyère o Emmental preferiblemente)
  • Salsa bechamel (casera o ya preparada)
  • Mantequilla para tostar


Opcional:


  • Un huevo frito encima para convertirlo en un croque madame


Cómo hacer croque monsieur: receta paso a paso


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  1. Tuesta ligeramente las rebanadas de pan con mantequilla.
  2. Coloca el jamón y parte del queso entre las dos rebanadas.
  3. Cubre la parte superior con bechamel y más queso.
  4. Gratina en horno (200ºC) durante 8-10 minutos hasta que esté dorado.


Lo encontré en una boulangerie diminuta cerca de la Rue Saint-Antoine, donde el pan parecía recién nacido y el café tenía el aroma exacto de un lunes esperanzador. El croque monsieur no estaba en una carta dorada ni en un plato decorado: estaba en una bandeja de metal, junto a otras piezas doradas y humeantes, como una ofrenda para los pecadores del desayuno tardío.


Por qué el croque monsieur es más que un simple sándwich


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Lo mordí. Dios. Qué simpleza tan perfecta. Pan crujiente por fuera y esponjoso por dentro. Queso fundido que se pega dulcemente a los dientes. Jamón en su punto. Y encima, esa bechamel gratinada que convierte un sándwich en un homenaje.


Ese croque monsieur era una absolución servida en pan.


A mi lado, un anciano leía Le Monde con un espresso. Me miró, levantó la ceja como quien reconoce un momento sagrado, y volvió a leer. Sin palabras, compartimos un instante de comunión parisina: la del buen pan, el buen queso y la satisfacción de saber que a veces, lo mejor no necesita complicaciones.


Variantes del croque monsieur


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  • Croque madame: con huevo frito encima
  • Croque provençal: con tomate y hierbas
  • Croque norvégien: con salmón ahumado en lugar de jamón


Son fáciles de adaptar y siempre deliciosos. El secreto está en la calidad del pan, el queso y la gratinación final.


Dónde comer un buen croque monsieur en París


Aunque puedes encontrarlo en muchos restaurantes, algunos de los mejores croque monsieur están en lugares sencillos:


  • Boulangeries locales (como la de la Rue Saint-Antoine)
  • Cafés tradicionales del Marais o Montmartre
  • Estaciones de tren (ideales para un bocado rápido pero delicioso)


Desde entonces, el croque monsieur es para mí mucho más que un sándwich. Es un refugio. Es ese amigo discreto que te espera en una esquina de la ciudad con lo justo para levantarte el ánimo. Nunca falla.


Y si alguna vez vas a París con el alma desordenada o el estómago vacío, hazme caso: entra a la boulangerie más cercana, pide un croque monsieur y siéntate a mirar el mundo pasar. Verás cómo, bocado a bocado, todo empieza a tener sentido otra vez.

Experiencias en París