Palacio de Westminster

El Palacio de Westminster no es solo un símbolo británico, es un lugar donde la historia sigue escribiéndose cada día. Esta guía te ayudará a descubrir cómo visitarlo, qué ver en su interior y por qué es una parada obligatoria para entender el alma política y arquitectónica de Londres.


Primera impresión: un castillo gótico junto al Támesis


El día que visité el Palacio de Westminster sentí que me colaba en el corazón palpitante de la historia británica. Era como caminar dentro de una pintura antigua que aún respira. El palacio se alza sobre el río como un castillo político, con el Big Ben (o Torre Isabel) marcando cada segundo con una gravedad sonora.


Caminé bordeando el río desde South Bank, con el frío matinal despejándome los sentidos. Al llegar, accedí por la entrada de visitantes junto al Victoria Tower Gardens. Tras un control de seguridad serio pero amable, comenzó un viaje que no olvidaré.


¿Qué es el Palacio de Westminster?


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Es la sede del Parlamento británico, donde funcionan la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. Su estructura gótica fue reconstruida tras el incendio de 1834 y se ha convertido en uno de los edificios más icónicos de Reino Unido.


Aquí se celebran debates, se aprueban leyes y se escribe la política del país desde hace siglos. A diferencia de otros monumentos, este sigue en funcionamiento, lo que lo convierte en un lugar vivo.


El interior: historia viva en cada rincón


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Lo primero que me impactó fue el Westminster Hall. Con su techo medieval de madera y un suelo de piedra que ha visto pasar a Carlos I, Churchill e incluso el féretro de Isabel II, el lugar impone respeto. No se escucha mucho más que los pasos de los visitantes, pero es suficiente. El lugar habla solo.


La visita guiada (que recomiendo absolutamente) me llevó por salas históricas, incluyendo:


  • Cámara de los Lores: todo cubierto de rojo y dorado, con un trono real que parece salido de un cuento. Brillante, ceremoniosa, viva.
  • Cámara de los Comunes: más austera pero mucho más intensa. Verde, más pequeña, ahí se siente la política en carne viva.
  • Pasillos, escalinatas y salones: con detalles, obras de arte y explicaciones que dan contexto a siglos de debates, reformas y decisiones.


La guía (un voluntario mayor con pasión contagiosa) nos habló de intrigas entre cámaras, el incendio del siglo XIX y las tradiciones como la Apertura del Parlamento.


Cómo llegar al Palacio de Westminster


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  • Metro más cercano: Westminster (líneas Jubilee, District y Circle)
  • Entrada para visitantes junto a St. Margaret Street


Consejos para la visita


  • Reserva tu entrada online si hay sesiones abiertas al público
  • Apúntate a un tour guiado con intérprete o audioguía
  • Ve con tiempo: la visita toma al menos 1,5 a 2 horas
  • Revisa los días de actividad parlamentaria, ya que algunas zonas pueden estar cerradas


Y para aprovechar al máximo tu experiencia en Westminster, te recomiendo estos tours complementarios:



El Palacio de Westminster no es solo para los amantes de la política. Es para quienes quieren tocar la historia sin necesidad de libros. Yo salí con la certeza de que Londres guarda su alma en piedra gótica y terciopelo rojo. Y que el eco de una buena oratoria, en esos muros, puede durar siglos.

Una experiencia profunda, estética y emocionante. Imprescindible.

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