Oxford Street

Oxford Street no es solo una arteria comercial. Es un fenómeno urbano. Una línea recta de tiendas, luces, caos y energía que atraviesa el corazón de Londres y late con fuerza propia. Más de 300 tiendas, miles de personas al día, y una historia que se mezcla con el presente sin pedir permiso.


Oxford Street me recibió como un torrente humano. Era sábado por la tarde y aquello no era una calle: era un río de gente con bolsas en las manos y prisa en los ojos. Sentí que tenía que aprender a nadar entre cuerpos, escaparates y autobuses rojos que rugían a pocos metros.


¿Qué ver y hacer en Oxford Street?


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  • Selfridges: uno de los grandes almacenes más emblemáticos de Europa. Entré en Selfridges como quien busca refugio en una catedral del consumo. Todo brillaba, todo era exceso. Pero lo que más recuerdo fue una señora mayor en la sección de perfumes que me dijo, sin conocerme, "Go for the bold one, love. Life’s too short for boring scents." Me reí, compré el perfume.
  • Primark, Zara, Uniqlo y más: tiendas para todos los presupuestos, desde la moda más asequible hasta opciones de lujo.
  • John Lewis y Marks & Spencer: perfectas para productos británicos, decoración, regalos o simplemente mirar escaparates.
  • Luces de Navidad: uno de los grandes atractivos en diciembre. Un espectáculo que convierte Oxford Street en un túnel de luz.


¿Cómo llegar y moverse?


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Las estaciones más cercanas son Oxford Circus, Bond Street y Marble Arch. La calle es muy larga, así que conviene dividirla por tramos o caminar con calma. Consejo: ve temprano si quieres evitar el mayor aluvión de gente.


Combínalo con otros planes


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Oxford Street está muy cerca de Regent Street y Carnaby Street, por lo que puedes hacer una ruta a pie por la zona. Te recomiendo iniciar con un Free Tour Londres Imprescindible para orientarte por el centro.


Si vas en diciembre, el Free Tour de Navidad en Londres es un complemento ideal.


Lo mejor de Oxford Street no es solo lo que puedes comprar, sino lo que te regala sin aviso: un cruce de culturas, de modas imposibles, de acentos mezclados, de momentos breves que te sacuden.


Más ideas para tu visita


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No es bonita, no es tranquila, pero tiene algo que te acelera el pulso. Salir de allí con una bolsa en la mano y los pies molidos fue mi manera de sentir que, por unas horas, formé parte del caos perfectamente británico.

Experiencias en Londres