Green Park

Entre el bullicio de Piccadilly y la solemnidad de Buckingham Palace, hay un espacio donde el ruido se apaga: Green Park. Este parque real, discreto y sin adornos, es uno de los más especiales de Londres precisamente por lo que no tiene. No hay lagos, no hay fuentes llamativas ni jardines de flores ordenadas. Hay solo verde. Verde que envuelve, que calma, que susurra.

Un parque que no presume, pero conquista

Green Park siempre me pareció un parque que esconde más de lo que muestra. La primera vez que crucé sus senderos fue casi por accidente, saliendo del metro en Piccadilly, huyendo del gentío. De repente, me vi rodeado por un silencio inesperado, como si alguien hubiera bajado el volumen de la ciudad.

A diferencia de sus vecinos más ornamentados, Green Park no presume. No hay lagos ni jardines florales exuberantes, solo praderas abiertas, árboles viejos y caminos de grava que crujen bajo los zapatos. Y, sin embargo, fue ahí donde tuve uno de los momentos más serenos en Londres. Me tumbé en el césped, con el sonido lejano de una sirena, el murmullo de las hojas y un rayo de sol colándose entre las ramas.

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Qué ver y hacer en Green Park

Este parque de 16 hectáreas conecta a pie algunos de los puntos más icónicos de la ciudad. Está justo al lado del Palacio de Buckingham, lo que lo convierte en un excelente lugar para esperar el cambio de guardia sin las multitudes. También puedes caminar hacia The Mall o hacia St James’s Park en pocos minutos.

Green Park es perfecto para:

• Hacer picnic en medio de Londres.
• Descansar entre visitas turísticas.
• Leer o meditar bajo los árboles.
• Observar a los londinenses en su rutina diaria.

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Una historia silenciosa

Green Park fue un cementerio del siglo XVI antes de convertirse en parque real en el siglo XVII. A diferencia de los parques cercanos, no cuenta con grandes monumentos, salvo el Memorial de Guerra de Canadá y el Memorial de la RAF.

Una vez vi a una anciana elegantísima alimentar a las palomas como si fuera su ritual diario. Me sonrió, y me dijo: “Aquí vengo desde los años 70. Green Park escucha mejor que mucha gente”. Esa frase se me quedó grabada. Porque es verdad. Este parque no habla, pero entiende.

Cómo llegar a Green Park

Llegar es muy fácil: la estación de metro Green Park (líneas Jubilee, Piccadilly y Victoria) te deja justo en una de sus entradas. También puedes llegar caminando desde Westminster o Trafalgar Square.

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Desde entonces, siempre que paso por Londres, vuelvo a ese trozo de paz verde entre Buckingham y la locura urbana. Green Park es el descanso entre dos respiros. Simple, silencioso y absolutamente necesario.

No subestimes su calma. En una ciudad que nunca duerme, encontrar un lugar que te escuche en silencio es un lujo. Green Park es exactamente eso.