HMS Belfast

El HMS Belfast no es solo un barco anclado en el Támesis. Es una experiencia sensorial e histórica que te transporta a los días más intensos del siglo XX. Si quieres vivir la Segunda Guerra Mundial desde dentro, esta guía te ayudará a planificar tu visita y entender por qué este museo flotante es una parada imprescindible en Londres.


Una llegada que impone


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Visitar el HMS Belfast fue como caminar dentro de un eco. Un eco metálico, lleno de historia, voces apagadas y pasos que ya no suenan, pero que de alguna manera siguen ahí. Fui un día gris, típico de Londres, con el cielo encapotado y el aire cargado de esa humedad que te obliga a moverte rápido o entrar en algún sitio cálido. Y ahí, entre el Puente de Londres y Tower Bridge, el Belfast me esperaba: inmenso, gris, orgulloso, con ese aire de veterano que lo envuelve todo.

Desde el muelle, ya impresiona. No parece un simple barco museo. Parece vivo. Como si estuviera listo para zarpar si alguien dijera: “¡A sus puestos!”.


¿Qué es el HMS Belfast?


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El HMS Belfast es un crucero ligero de la Royal Navy que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Fue botado en 1938 y hoy forma parte del Imperial War Museum. Está anclado permanentemente en el río Támesis y se ha transformado en un museo interactivo que permite explorar desde las torretas hasta las salas de máquinas.


La experiencia a bordo


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Subí por la pasarela con una mezcla de curiosidad y respeto. Me costaba creer que esa mole de acero había surcado el Atlántico Norte, participado en el Desembarco de Normandía, y sobrevivido a décadas de historia.


Lo primero que sentí fue frío. No solo por la temperatura, sino por el ambiente. Las salas están recreadas con una precisión que asusta: camarotes, enfermerías, cocinas, todo ambientado con maniquíes y objetos reales. Entré en la sala de control y toqué los mandos: fríos, duros, pesados.


Bajé hasta las cubiertas inferiores (ojo: escaleras muy verticales) y llegué a la sala de máquinas. Un laberinto de tuberías, válvulas, ruido simulado y penumbra verde militar. Es profundamente claustrofóbico. Saber que cientos de hombres vivieron ahí durante meses hace que respires diferente.


Al salir a la cubierta principal, el Támesis se abría ante mí y Tower Bridge parecía saludar desde el fondo. Caminé entre cañones gigantes que aún apuntan al horizonte. Me detuve en uno. Frío, otra vez. Pero esta vez con admiración.


Cómo llegar al HMS Belfast


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  • Estación de metro más cercana: London Bridge (líneas Jubilee y Northern)
  • Dirección: The Queen’s Walk, Londres SE1 2JH
  • A pie desde Tower Bridge o cruzando desde la Torre de Londres


Consejos para la visita


  • Compra las entradas online en la web oficial del IWM
  • Lleva calzado cómodo (muchos escalones y suelos metálicos)
  • No olvides auriculares si usas la audio guía
  • Ideal para familias, entusiastas de la historia o curiosos en general


Puedes combinar la visita con alguno de estos tours:



Qué ver en el recorrido


  • Puente de mando y torre de artillería
  • Sala de máquinas y áreas de ingeniería
  • Hospital, panadería, lavandería y barbería
  • Recreaciones sonoras y visuales de batallas navales


En un momento, en la sala de operaciones, suenan alarmas y voces de mando. Cerré los ojos, y por un segundo sentí que estaba ahí, en 1944, con el corazón a mil.


El HMS Belfast no es solo un barco. Es un fragmento flotante de la memoria del siglo XX. Historia viva contada desde dentro, sin adornos. Si quieres entender la guerra desde los pasillos estrechos, los olores de grasa y el ruido de motores, tienes que subir a bordo.

Yo lo hice. Y aún siento que parte de mí se quedó allí, entre el acero y el río.

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