Szimpla Bar

Budapest es famosa por sus ruin bars, antiguos edificios semiderruidos transformados en templos de vida nocturna. Entre todos ellos, Szimpla Kert es el más icónico: un lugar que combina caos y arte, cerveza fría y pálinka ardiente, conciertos improvisados y puestos de comida tradicional. No es solo un bar, es una experiencia colectiva que refleja la esencia joven, creativa y desenfadada de la ciudad.


Qué es Szimpla Kert



Desde fuera, Szimpla Kert parece un edificio cualquiera del barrio judío, con fachada gris y aire decadente. Pero al cruzar su puerta, todo cambia. Dentro se abre un laberinto psicodélico: patios enormes, pasillos llenos de grafitis, sofás rotos, sillas escolares, bicicletas colgando del techo y lámparas improvisadas con piezas de coche. Es un museo del desorden que funciona como espacio social, cultural y artístico.

Aquí nunca sabes qué te espera: una noche puede haber un concierto de jazz, otra un DJ electrónico, otra un cine al aire libre o un mercadillo de artesanía. Esa imprevisibilidad es parte de su encanto.


El ambiente



El ambiente de Szimpla es ecléctico y vibrante. En una misma noche puedes ver mochileros, locales, estudiantes, artistas y hasta parejas mayores bailando entre sofás destartalados. Hay un murmullo constante de conversaciones, risas y música que hace que todo fluya con naturalidad.

Lo que más sorprende es que, en lugar de incomodidad, el caos transmite hospitalidad. Aquí todo vale: bailar en un sofá, pintar tu nombre en la pared, conversar con desconocidos. Es un espacio libre donde Budapest muestra su lado más creativo.


Qué comer y beber



Aunque Szimpla Kert es conocido sobre todo por sus cervezas y cócteles, también es un lugar donde se puede comer bien de forma informal:

  • Cerveza Dreher: ligera, fría, la opción clásica para empezar.
  • Pálinka: aguardiente húngaro tan fuerte como famoso; con uno basta para sentir su efecto.
  • Halászlé: sopa de pescado picante servida en un cuenco de cartón, una experiencia surrealista en un entorno urbano.
  • Bocadillos y snacks: desde salami húngaro hasta opciones vegetarianas rápidas.


Una anécdota inolvidable


En una de mis visitas, me senté en un sillón de terciopelo medio roto con una cerveza en la mano. A mi lado, un chico alemán sacó una guitarra y empezó a tocar canciones improvisadas. Sin darme cuenta, terminamos cantando con un grupo de franceses y un par de húngaros que se unieron. Nadie se conocía, pero por un rato fuimos una pequeña comunidad de desconocidos felices. Eso es Szimpla: un lugar donde los extraños se convierten en compañeros de viaje.


Consejos para visitar Szimpla Kert


  • Ve temprano si quieres explorar: de noche se llena y puede ser difícil moverse entre tanta gente.
  • No vayas solo a beber: recorre cada sala, observa las decoraciones, disfruta de la música y la gente.
  • Prueba el pálinka con calma: es fuerte y no todos logran aguantar más de uno.
  • Visita el mercado del domingo: una faceta menos conocida, donde se venden productos locales y orgánicos.



Salir de Szimpla Kert es como despertar de un sueño raro pero maravilloso. Afuera, el aire frío de la madrugada te devuelve a la realidad, pero dentro quedan grabados los recuerdos de un lugar único.

Szimpla Kert no es un simple bar: es un icono de Budapest, un rincón donde el caos se convierte en arte y la ciudad muestra su alma más libre.

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